sábado, 17 de noviembre de 2012

Ídolos de barro

JDC ha sido suspendido del Congreso por 90 días. Como ya nos tiene acostumbrados la izquierda, él no acepta responsabilidad alguna. La responsabilidad es de los fujimoristas y de la Primera Dama, quien ha liderado un "operativo" en su contra.

JDC presentó un proyecto de ley que de convertirse en ley habría beneficiado económicamente a su exesposa, a su hija y a su exasesor. Aquí hay, cuando menos, un conflicto de interés muy serio. Y así sería si lo hubiese hecho Lourdes Flores, PPK o Keiko.

La izquierda, incluyendo a la JotaCe Patria Roja, ha salido a darle su apoyo. A acusar a terceros y librarlo de toda responsabilidad porque él es un luchador contra la corrupción, una víctima de una supuesta "venganza política". Este es un ardid de la derecha fáctica, el fujimorismo, el APRA y el gobierno de OH. Qué duda cabe que la izquierda le reconoce muchos méritos a JDC. Lamentable-mente, en este caso la acusación está probada y su responsabilidad también.

Por otro lado, hace unos días se hizo público el video en el que se oye a Gustavo Guerra García y a Juan Tapia en lo que parecería una colusión con los transportistas para diseñar las bases de la licitación de los corredores viales. La respuesta de la municipalidad es sostener que ellos han sido víctimas de una campaña de difamación. La alcaldesa, como hizo con el gerente de Seguridad Ciudadana, Gabriel Prado, luego del Jueves Negro en La Parada, les ha dado todo su apoyo.

Flaco favor se hace la izquierda al hacer espíritu de cuerpo y proteger por un lado a un ídolo de barro, y por el otro a engreídos de la alcaldesa. Durante muchos años nos hablaron de sus elevados valores, se constituyeron en la reserva moral del país y nos dijeron que ellos estaban por encima del bien y del mal. Sin embargo, no se dieron cuenta que no basta repetirlo mil veces, es necesario demostrarlo y llegado el momento actuar firmemente contra aquel que se desvíe del camino, separándolo de su puesto y sancionándolo. La moral no es propiedad exclusiva de la izquierda, de la caviarada ni del sector políticamente correcto. Sin embargo, ellos descalifican a fujimoristas y apristas por el hecho de serlo. Llegan incluso a sostener, como ha hecho Cotler que "el Movadef y el fujimorismo tienen un aire de familia" ¿Cómo vamos a lograr fortalecer partidos políticos si la izquierda está empeñada en hacernos creer que el fujimorismo es un partido fuera de la ley?

La izquierda no solo tiene derecho a participar en política, su participación es necesaria porque representa a un grupo de electores y ello fortalece la democracia. Yo, no votaré por ella, porque no soy una mujer de izquierdas, como les gusta decir. Pero no voy creando colectivos ni movimientos para impedir que determinados partidos democráticos participen en política. Lamentablemente, la izquierda peruana no se ha desprendido de su inclinación totalitaria, que fue la misma que les impidió marcar distancia de los grupos radicales.

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