sábado, 26 de mayo de 2012

La Captura de las Instituciones

Hace unas semanas leía una entrevista en La República donde una persona se refería a la Constitución como el “documento” del 93 y exhortaba al Presidente a cumplir su promesa de retornar a la Constitución 1979. Cuando preguntada por el vacío legal que esto generaría sostuvo que todos los actos jurídicos de los últimos 19 años suscritos al amparo de la C1993 debían ser “actos nulos”. Deslegitimaba al CCD por haber sido convocado por Alberto Fujimori, “quien no tiene calidad moral” Preguntada por si no sería mejor continuar con las reformas constitucionales sostuvo que no porque eso sería “legalizar algo ilegitimo. (…) Además hay una bancada fuerte del fujimorato que no lo va a permitir”, asintió. Estas son declaraciones políticas con una clara tendencia antifujimorista. Hasta ahí, nada nuevo. Es el derecho ciudadano de participar en política y ejercer su libertad de opinión. El problema es que estas declaraciones son de Greta Minaya, miembro del JNE. No es la primera vez que hace declaraciones políticas desde el JNE. En pleno proceso electoral llamo a un candidato “apátrida” Su fanatismo le impide racionalizar el caos en el que sumiría al Perú si su argumento fuese valido.

La Ley Orgánica del JNE establece como prohibición para integrar el pleno pertenecer o haber pertenecido los últimos 4 años a una organización política. La lógica de la ley es que los miembros del JNE muestren independencia de criterio, que sean neutrales para poder administrar justicia electoral.

En pleno proceso de recolección de firmas para la revocatoria de la alcaldesa de Lima, una persona envía por redes un artículo suyo escrito meses atrás sobre la revocatoria a la que denomina la espada de Damocles que cuelga sobre la alcaldesa y que sería empuñada por la aborrecible derecha peruana. Hasta ahí todo bien. El problema es que esta persona es el funcionario de la RENIEC encargado del escrutinio de las firmas recolectadas para pedir la revocatoria.

La ética pública supone que los funcionarios públicos actúen con objetividad, transparencia e imparcialidad. Las instituciones electorales deben salvaguardar la democracia, y los procesos democráticos. Su imparcialidad es importantísima para el sostenimiento de la democracia.

Las Instituciones crean y regulan un orden social, esto es el comportamiento de las personas y las organizaciones dentro de una sociedad. Las instituciones deben ser impersonales. No importa quién sea usted ni quien sea yo, todos estamos sujetos a las mismas reglas y su aplicación debe ser hecha por un órgano impersonal e imparcial al que no le importe ni su nombre, ni sus simpatías políticas.

Cuando una institución pierde su impersonalidad y sus miembros son parcializados y con claras ideologías políticas todos los ciudadanos perdemos, aunque compartamos la ideología de sus miembros. Perdemos, entre otras cosas, confianza. Y sin confianza en las instituciones dejaremos de recurrir a ellas, y resolveremos nuestros problemas directamente. Así se frena el fortalecimiento institucional y se retrocede en el camino hacia el desarrollo al que queremos llevar al Perú.

sábado, 19 de mayo de 2012

¡Ella se lo buscó!

La violencia contra la mujer es un fenómeno mundial que afecta entre 20-50% de las mujeres del mundo. Un estudio del Banco Mundial ha demostrado que el crecimiento económico no resuelve los problemas de desigualdad de género y violencia física y sexual. La violencia contra la mujer ocurre en todos los países, en todos los estratos sociales y está asociada al control sexual del hombre sobre la mujer y a los roles que cada sociedad asigna a las mujeres.

Una de las grandes barreras para acabar con la violencia contra la mujer es la actitud de la sociedad y los estereotipos. En el Perú los medios contribuyen al asentamiento de estereotipos con producciones nacionales que ensalzan al macho, saca vueltero y pendejo y a la mujer sumisa, recatada, buena esposa que sufre en silencio.

La violencia contra la mujer responde al control que quiere ejercer un hombre sobre una mujer. Es una muestra de poder, de superioridad. El hombre al considerarla inferior la deshumaniza, la convierte en objeto y reclama su derecho de propiedad a través de la violencia o reclamando su derecho a poseerla cuando quiera. En una violación sexual la mujer es siempre la víctima y nunca la responsable. No importa cuán alta sea la falda, cuan corto el polo ni por donde este caminando. Contrariamente a lo que se ha dicho esta semana, una mujer nunca “facilita” ni “promueve” una violación. La violación es un delito sin importar la calidad moral ni el comportamiento de la víctima, ni si aceptó estar en el mismo cuarto ni si le abrió la puerta a un extraño. Un esposo puede violar a su esposa de la misma manera en que una prostituta puede ser violada. Nadie tiene derechos sobre una mujer, ni para golpearla ni para obligarla a tener sexo.

En el Perú el 75% de las víctimas de violación son menores. La mayoría de las violaciones son perpetradas por alguien cercano a la víctima, un familiar, vecino o amigo de la familia. De acuerdo a la OMS 70% de las mujeres peruanas entre los 15-49 han sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas. La primera experiencia sexual del 24% de las mujeres rurales fue forzada. El 23% de las mujeres en Lima y el 47% en Cusco han sido forzadas a tener sexo por sus parejas.

La violencia sexual y física contra la mujer en el Perú es de las más altas de Latinoamérica. Tenemos un ex presidente y sus sobrinos denunciados por abuso sexual. Hoy un Congresista. Sin embargo, hay quienes los exculpan y consideran que las mujeres los “provocaron”, lo “facilitaron”, lo “permitieron” y son “moralmente” responsables porque se lo “buscaron” Una mujer NUNCA es responsable de una violación, aunque haya estado en la misma cama que su violador. Todo acto sexual sin consentimiento es una violación. Es inaceptable que una persona justifique una violación, peor aun si es mujer. La hipocresía y el machismo encubierto del Perú son imperdonables.

sábado, 12 de mayo de 2012

El chantaje como Institución

Si algo deberíamos haber aprendido de la historia contemporánea, es que para gobernar no basta ganar elecciones y tener una bancada solida en el Congreso. Para gobernar se necesita legitimidad y la confianza del pueblo. El presidente Humala ha ganado las elecciones, tiene mayoría en el Congreso, pero aunque las encuestas le den 55% de aprobación, está perdiendo la confianza de los ciudadanos.

Su poco afán por las declaraciones, su avidez por mantener a la población en el oscurantismo, sin información o con información tergiversada, las fotos palaciegas y las declaraciones triunfalistas no lo ayudan. Las actitudes autoritarias de sus partidarios y altos funcionarios le hacen un flaco favor. No ha cumplido 10 meses en el poder y ya ha pasado por dos crisis políticas. Esta última pudo evitarse si actuaba a tiempo.

Un sector de la derecha parece encandilado con el Premier. Es cierto que es pragmático y que representa bien los intereses de la derecha empresarial. Es cierto que tiene voz de mando y se enfrenta al establishment caviar. Valdés es visto como el último bastión que previene el retorno de la izquierda y sus interesados primos los caviares al poder. Estoy de acuerdo con que tenemos que dar la lucha contra el establishment caviar. Pero esa lucha es ideológica y pasa por aclarar las mentiras, fortalecer las instituciones y romper la captura que ha hecho la caviarada de estas. Creo que es un error defender personas por encima de instituciones. Si lo que queremos es que el Perú se convierta en un país desarrollado, tenemos que acabar con esta costumbre caudillista de creer que sólo una persona puede salvarnos.

El gobierno de Toledo aceptó el levantamiento popular, la captura de rehenes y la toma de carreteras como mecanismos validos en la negociación con el Estado. El de García lo institucionalizó. Es momento que el Estado demuestre que tiene el control sobre la violencia y que ninguno de esos mecanismos puede ser exitoso. Quien bloquea una carretera comete un delito. El DS que autoriza la venta de oro informal mientras dure el proceso de formalización en respuesta al paro minero es una muestra de la debilidad institucional del Estado. La Confederación de Mineros Artesanales se ha tomado la libertad de amenazarnos diciendo que: “en dos días tendrán un país en llamas.” El Estado no puede aceptar el chantaje de quienes están fuera de la ley. El presidente y su gobierno están siendo progresivamente secuestrados por la coerción de los ilegales. Se equivocan al mantener el modelo de ausencia de autoridad que han dejado como herencia los caviares que pasaron por los gobiernos de Toledo y García. Mientras tanto miles de mujeres y niños siguen siendo esclavizados, el medio ambiente destruido, el narcotráfico favorecido con los insumos químicos que reciben de la minería informal/ilegal y los Quispe Palomino se enriquecen con el dinero del narcotráfico que les permite armarse, controlar el monte y matar a nuestras FFAA y policiales.

sábado, 5 de mayo de 2012

Y ahora, ¿cómo haríamos, Presidente?

Según se ha dicho el padre de Cesar Vilca pidió ir solo. Quería evitar que los terroristas atacaran a los soldados y policías. Don Dionisio Vilca sólo quería encontrar a su hijo y descubrió pronto que la población le teme a las FFAA y policiales. Debía decidir porque de contrario la población no lo ayudaría. Hasta aquí se entiende. Pero, ¿qué es lo que realmente sucedió desde que los tres policías fueron abandonados en el monte? ¿Por qué tiene que ir un padre a buscar a su hijo perdido? No sólo no tenemos una estrategia contra el narcotráfico y el terrorismo, no nos ponemos de acuerdo contra que nos estamos enfrentando. Pero además la estrategia de comunicación de las FFAA y policiales con la población no funciona.

Este Sendero no ataca a la población. Ellos se mueven tranquilos por el monte. Sendero va detrás de los uniformados. Entonces, ¿por qué la inteligencia no funciona? ¿Por qué no tenemos infiltrados entre los pobladores, los narcotraficantes y los senderistas? Porque en el 2001 Paniagua y Toledo desarticularon el servicio de Inteligencia Nacional. Lo hicieron responsable de todos los problemas del país y no reconocieron el trabajo y la especialización de sus oficiales. Tenemos años perdidos, ganados por Sendero. Este Sendero es producto de una política de Estado de abandono de la seguridad nacional. Y no es sólo responsabilidad de este gobierno. Aquí hay responsabilidad del gobierno de transición y de los de Toledo y García. ¡Seamos consecuentes!

¿Por qué el Presidente en plena crisis militar viaja a Colombia? ¿Por qué no estuvo dirigiendo las operaciones? ¿Por qué es capaz de estar en el rescate de los mineros ilegales tratando de emular a Piñera y ganarse unos puntitos en las encuestas y no es capaz de dirigir los destinos de los pueblos olvidados del Perú? ¿Donde están los Ministros? El Ejecutivo tiene que responder. No basta decir que el padre de Cesar Vilca pidió ir solo. Hay 19 días perdidos, 2 ministros sin una versión clara, un primer ministro que no dice este gabinete es mío y un presidente viajero y una primera dama apitucada ocupados tomándose fotos con Gene Simmons.

Este no puede ser el Poder Ejecutivo de un país de ingreso medio. ¡Es inaceptable! Aquí hay responsabilidad y tiene que ser asumida. El Perú entero tiene que levantarse y exigir la salida de los ministros y exigirle al Presidente terminar con las frivolidades, las fotos palaciegas y las giras internacionales y ocuparse de los problemas del terrorismo y del narcotráfico.

Cuando las autoridades han perdido la confianza del pueblo, deben irse. No hay más. Los políticos en el Perú tienen que comenzar a rendir cuentas y asumir sus responsabilidades. De lo contrario nunca se generará una verdadera clase política, con principios y valores, que responda al pueblo. ¡No queremos más piloto automático! Lamentablemente Presidente Humala, para gobernar hay que ser valiente y tomar decisiones difíciles. Y ahora, ¿cómo haríamos?