miércoles, 24 de junio de 2015

Anemia económica, anomia institucional

Durante la primera década del Siglo XXI, Latinoamérica experimentó una gran reducción de pobreza monetaria. De acuerdo al Banco Mundial el factor principal que impulsó dicha reducción de pobreza fue el aumento en los ingresos laborales. Ello pese a que la mayoría de los trabajadores de la Región
son emprendedores autoempleados o trabajan en micro empresas, en su mayoría en el sector informal.

La pregunta que el estudio del Banco Mundial buscó responder fue: ¿qué sucedió en Latinoamérica para que el ingreso laboral aumente de tal manera que se produzca una importante caída en la pobreza? Se encontró que, durante el periodo comprendido entre el 2003 y el 2013, pese a que el aumento en los ingresos laborales se produjo en la mayoría de los países de Sudamérica, en todos los sectores económicos, niveles de habilidades y  tipo de trabajos, este se produjo sobretodo en los países que se beneficiaron por el boom del precio de los comodities. Hubo incluso países de centro américa que no se beneficiaron del boom de los comodities, en donde los ingresos laborales no solo no aumentaron sino que disminuyeron.

En el caso peruano, de acuerdo con el INEI, la pobreza monetaria cayo de 53% en el 2002 a 24% en el 2013. Lo preocupante es que quienes han logrado escapar de la pobreza son considerados nueva clase media, pese a que carecen de acceso a salud y educación de calidad y a empleo formal. Esta
clase media es considerada una clase media vulnerable ya que cualquier shock externo podría hacerla volver a caer debajo de la línea de la pobreza.

El boom de los comodities habría llegado a su fin y, con él, el crecimiento económico acelerado de los países de Latinoamérica. De acuerdo a cifras del Banco Mundial además, la reducción de la pobreza a nivel regional se ha desacelerado y la reducción de la inequidad está estancada desde el 2010.

Latinoamérica ha dejado escapar este boom de crecimiento económico sin implementar las reformas estructurales que eran necesarias y sin hacer inversiones en infraestructura y educación. ¿Significa ello que necesariamente vamos a regresar a los niveles de pobreza y crecimiento económico previos al boom del 2003? Por supuesto que no. Pero es una llamada de atención.

El Perú se enfrenta a una suerte de anemia económica y a una anomia institucional. El resultante descontento ciudadano, la falta de confianza en las autoridades y los crecientes escándalos de corrupción, en año pre-electoral, es lamentablemente la fórmula perfecta para el surgimiento de opciones radicales cuestionadoras del estado de derecho y la democracia.

miércoles, 17 de junio de 2015

La Jefecita

Esta es la historia de dos aventureros que llegaron a Palacio apoyados por un Marques enamoradizo y
un grupo de irresponsables líderes de opinión, políticos y empresarios llevados exclusivamente por el
anti y los intereses personales. Porque nadie puede sostener que el apoyo al candidato Humala estuvo
basado en la convicción de que podría dirigir los destinos del país. Alguien que podía cambiar la Gran Transformación por la Hoja de Ruta en cuestión de semanas era claramente un aventurero dispuesto a lo que fuera necesario. Quien converso con él en aquella época sabia de su limitada capacidad intelectual y del rol dominante que ejercía su mujer sobre él.

Las voces que desde el principio cuestionaron el rol de Heredia fueron acalladas por la Derecha, esa que dicen es bruta y achorada. “Es gracias a ella que se ha mantenido el modelo económico”, “Es la única pensante en Palacio” “¡Que importa si le da luz verde a los ministros mientras se mantenga el
crecimiento económico!” Y claro, en el Perú billetera siempre mata galán. Mientras los bolsillos se
siguiesen llenando, poco importaba la institucionalidad, la transparencia, la rendición de cuentas. ¡Pero si estamos a un pasito de la OCDE! El grave problema del Perú es que no tenemos líderes, ni
empresariales ni políticos, ni mucho menos una visión de país. 

Heredia no es funcionaria pública y por ello no está obligada a rendir cuentas. Ha sostenido muchas
veces que no existe un presupuesto asignado a su despacho, pero no dice de dónde, cómo ni por qué
sale el dinero que financia sus viajes, presentaciones y asesores. Ni tampoco sabemos cómo paga a sus abogados. La falta de transparencia que los rodeó desde que aparecieron en política está cobrándoles caro esta vez. Cuentas en Europa, tarjetas de crédito de amigas y el sueldo intacto del Presidente.

Explicaciones que se contradicen, y tardías subsanaciones en pago de tributos sobre compras realizadas. El poder de Heredia es un riesgo, porque es informal y no está sujeto a ningún contrapeso. El descaro con el que hace uso de él es una afrenta a la institucionalidad, al estado de derecho y a la democracia. Como lo fue el que alguna vez tuvo Vladimiro Montesinos desde el SIN, quien no era más que un asesor.

No hemos aprendido nada de la historia reciente. No basta decirnos demócratas y ser apoyados por
Marqueses libertarios. Heredia se da el lujo de llegar al Poder Legislativo y decirles a los congresistas que pueden y que no deben preguntar. Parecería creer estar por encima de todo, con su 16% de aprobación

miércoles, 10 de junio de 2015

Economía y política: ¿Fin del divorcio?

Mientras el Perú se entretiene con las compras, las cuentas y el descaro de Nadine, la economía
nos juega una mala pasada. Hace unos días nos “sorprendió” el anuncio de que la economía
peruana habría crecido 1.73% en el primer trimestre del año. El Ministro de Economía, sin embargo,
se muestra inexplicablemente entusiasta: "Ya hay razones para estar tranquilos sobre la aceleración
de la economía" dijo, mientras que el BCR redujo su estimado de crecimiento de Perú para el 2015
del 4.8% anunciado a 3.9%. Con mayor prudencia,  redujo su proyección de crecimiento a 3.3% y el
Citibank a 2.8%. Para Julio Velarde, presidente del BCR, el ajuste se explica por la caída en los
sectores construcción e hidrocarburos. No obstante, nada ha dicho sobre el efecto sobre las
expectativas de la inestabilidad política y de la paralización de proyectos mineros como Tía Maria.
El crecimiento económico es responsable de la reducción de pobreza y de una menor desigualdad.
El ensanchamiento de la clase media en teoría tiende a traer estabilidad política, social y económica
y a alejar del poder a líderes radicales antisistema. Ello porque una clase media tiene derechos de
propiedad que defender y no suele estar dispuesta a arriesgarlos.

Sin embargo, en el caso peruano, quienes han logrado escapar de la pobreza carecen de acceso a
salud y educación de calidad y a empleo formal. Por ello son calificados como una clase media
vulnerable al no haber incrementado sus activos mediante mayores niveles de ahorro, o capital
humano. El BID calcula que la clase media peruana era el 40.1% de la población. Sin embargo, el
38% de los peruanos son considerados como “población vulnerable”. Esto es podrían volver a caer
en pobreza ante cualquier eventualidad.

Así, la caída del poder adquisitivo de la clase media y el posible aumento de las familias en pobreza
tendrían como efecto inmediato el aumento del descontento, mayor precariedad institucional y
menor capacidad del estado -al disminuir sus ingresos- para responder ante la población. Todo ello
representa riesgos para la gobernabilidad en un contexto pre-electoral donde líderes antisistema y
anti inversión están ganando adeptos al interior del país. Por cierto, se calcula que la inversión
privada en el 2015 crecerá en 1%.

El conocido divorcio entre la política y la economía lleva a los ciudadanos de todos los niveles socio-
económicos a no entender que de las autoridades que eligen depende el futuro del país. Además de
una marcada irresponsabilidad en los líderes empresariales y en los partidos políticos. Todo
parecería indicar que ya no hay divorcio: ahora la política va mal y la economía también.

miércoles, 3 de junio de 2015

Ella se lo buscó

La Comisión de Justicia del Congreso decidió que la ley que despenalizaba el aborto en casos de violación no justificaba ser debatida en el pleno y dispuso su archivo. Ello sin importar que en el Perú ocurran aproximadamente 400,000 abortos al año.

El aborto es la tercera causa de muerte materna en el Perú. Ello porque la ilegalidad genera redes clandestinas y las mujeres que se someten a abortos lo hacen en condiciones insalubres que ponen en riesgo su vida. La OMS calcula que el 98% de los abortos inseguros ocurren en países donde abortar es ilegal. Las cifras del aborto inseguro y sus consecuencias son consideradas una epidemia silenciosa.

El aborto es una realidad, como lo es que la primera experiencia sexual del 24% de las mujeres rurales haya sido forzada. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en el Perú 7 de cada 100 mujeres será violada durante el curso de su vida.

¿Por qué el Congreso y el sector conservador puede decirnos que las mujeres no tenemos derecho a decidir sobre nuestros cuerpos? El aborto no es un Método Anticonceptivo ni debe ser visto como tal. Pero existen casos en los que las mujeres deben tener derecho a decidir sin poner en riesgo su vida. Uno de ellos es en el caso de violación.

¿Sabía que cada año la fiscalía recibe 15,000 denuncias por violación? El 75% de las víctimas son menores de edad. El 42% fue violada en su casa. Según la ENDES 2013, en el 48% de casos de violación, las victimas no denuncian al violador por miedo, vergüenza o sentimiento de culpa, lo que impide visibilizar la magnitud del problema y permitirles acceder a la justicia. Mientras tanto el 32% de limeños cree que las mujeres son violadas porque provocaron al hombre. Algo así como
“ella se lo buscó, ahora que se aguante.”

La decisión del Congreso, afectará fundamentalmente a las mujeres pobres. Ello porque cuando una mujer del NSE A-B se somete a un aborto lo hace sin riesgo en una clínica privada, mientras que las mujeres del NSE D-E deben recurrir a comadronas, curanderos o “resolver” usando pastillas para la úlcera.

Lo mismo sucede con la Resolución del TC que limitó el acceso de las mujeres pobres a la píldora del día siguiente, al impedir su distribución gratuita por considerarla abortiva. Como la venta es libre, quien tenga dinero puede comprarla en cualquier farmacia. Estas políticas amplían la brecha de desigualdad en el acceso a la salud.

Parecería que el Estado peruano sigue considerando que las mujeres somos incapaces y por ello debe decidir por nosotras.