Durante la primera década del Siglo XXI, Latinoamérica experimentó una gran reducción de pobreza monetaria. De acuerdo al Banco Mundial el factor principal que impulsó dicha reducción de pobreza fue el aumento en los ingresos laborales. Ello pese a que la mayoría de los trabajadores de la Región
son emprendedores autoempleados o trabajan en micro empresas, en su mayoría en el sector informal.
La pregunta que el estudio del Banco Mundial buscó responder fue: ¿qué sucedió en Latinoamérica para que el ingreso laboral aumente de tal manera que se produzca una importante caída en la pobreza? Se encontró que, durante el periodo comprendido entre el 2003 y el 2013, pese a que el aumento en los ingresos laborales se produjo en la mayoría de los países de Sudamérica, en todos los sectores económicos, niveles de habilidades y tipo de trabajos, este se produjo sobretodo en los países que se beneficiaron por el boom del precio de los comodities. Hubo incluso países de centro américa que no se beneficiaron del boom de los comodities, en donde los ingresos laborales no solo no aumentaron sino que disminuyeron.
En el caso peruano, de acuerdo con el INEI, la pobreza monetaria cayo de 53% en el 2002 a 24% en el 2013. Lo preocupante es que quienes han logrado escapar de la pobreza son considerados nueva clase media, pese a que carecen de acceso a salud y educación de calidad y a empleo formal. Esta
clase media es considerada una clase media vulnerable ya que cualquier shock externo podría hacerla volver a caer debajo de la línea de la pobreza.
El boom de los comodities habría llegado a su fin y, con él, el crecimiento económico acelerado de los países de Latinoamérica. De acuerdo a cifras del Banco Mundial además, la reducción de la pobreza a nivel regional se ha desacelerado y la reducción de la inequidad está estancada desde el 2010.
Latinoamérica ha dejado escapar este boom de crecimiento económico sin implementar las reformas estructurales que eran necesarias y sin hacer inversiones en infraestructura y educación. ¿Significa ello que necesariamente vamos a regresar a los niveles de pobreza y crecimiento económico previos al boom del 2003? Por supuesto que no. Pero es una llamada de atención.
El Perú se enfrenta a una suerte de anemia económica y a una anomia institucional. El resultante descontento ciudadano, la falta de confianza en las autoridades y los crecientes escándalos de corrupción, en año pre-electoral, es lamentablemente la fórmula perfecta para el surgimiento de opciones radicales cuestionadoras del estado de derecho y la democracia.
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