Las lavanderías de Magdalena funcionaron en Irlanda entre 1920 y 1996. Mujeres consideradas promiscuas por el Estado eran recluidas por periodos que podían ir desde pocos meses hasta toda su vida, como en el caso de Margaret Bullen. Obligadas a lavar ropa, en silencio, sin la posibilidad de salir y sin sueldo. Las que se convirtieron en madres dentro del encierro fueron obligadas a darlos en adopción. El Primer Ministro Irlandés acaba de disculparse públicamente con las mujeres que fueron recluidas en estas lavanderías y con sus familias. Consideró el hecho como "una vergüenza nacional".
¿No deberíamos considerar una vergüenza nacional que el 70% de las mujeres peruanas entre los 15-49 hayan sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas?, ¿que la primera experiencia sexual del 24% de las mujeres rurales fuera forzada?, ¿qué 23% de las mujeres en Lima y 47% en Cusco hayan sido forzadas por sus parejas a tener sexo? ¿No es una vergüenza nacional que 1500 adolescentes sean víctimas de explotación sexual en La Rinconada?, ¿que "madrinas" prostituyan a sus "ahijadas" de 12 años por 5 soles en los puertos de Pucallpa? ¿No es una vergüenza nacional que no haya Estado que las proteja?
Una de las grandes barreras para acabar con la violencia contra la mujer es la actitud de la sociedad y los estereotipos. En el Perú, los medios contribuyen al asentamiento de estereotipos con producciones nacionales que presentan como modelos al macho sacavueltero y pendejo y a la mujer sumisa y buena madre que sufre en silencio. Las manifestaciones públicas y los carteles de brazos cruzados no van a acabar con la violencia contra la mujer. Menos aun si quienes las lideran participan en producciones nacionales que la fomentan. ¿Cuando Mónica Sánchez acepta el rol de "Charito" sufrida, sumisa, manejada por una suegra que es capaz de decirle al marido "sácala aunque sea de los pelos", no se da cuenta del efecto que eso tiene?
La violencia contra la mujer no es solo física o sexual. ¿Cuando Rosa trabaja 16-18 horas al día, seis días a la semana ganando S/.600, cuidando hijos ajenos, mientras deja a los suyos a cargo de una vecina en un arenal, no es eso violencia contra la mujer?
¿Cuando en el 2001 los congresistas del entonces oficialismo le gritaban "putas" a las congresistas fujimoristas, a las que luego suspendieron, no es eso violencia contra la mujer?
¿Cuántas mujeres pierden años recorriendo juzgados buscando el reconocimiento de sus hijos? ¿Cuántas luchan por una pensión para alimentarlos? ¿Cuántas solo reciben centavos porque los "valientes" ponen sus propiedades a nombre de sus amigotes y esconden sus ingresos? ¿Cuántos funcionarios públicos tienen juicios por alimentos? ¿No es acaso maltrato contra la mujer obligarla a iniciar un juicio para conseguir una pensión alimenticia para sus hijos?
Acabar con la violencia contra la mujer es responsabilidad de todos. La mujer peruana es luchadora, aguerrida y se levanta todos los días para forjar un futuro para ella y sus hijos. La sociedad y el Estado deben protegerla.
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