La evidencia empírica ha demostrado que la mejor política social para disminuir la desigualdad y equilibrar las oportunidades de los niños es la inversión en educación de calidad. Un niño que ha recibido una buena alimentación, que ha tenido acceso a servicios de salud y a educación de calidad, estará mejor preparado y tendrá mayores posibilidades de ser absorbido por el mercado laboral y lograr escapar de las trampas de la pobreza. La educación, a diferencia de otras intervenciones, es la única cuyos efectos no pueden perderse. Lo que una persona aprendió, lo llevará y podrá utilizarlo el resto de su vida.
Acceder a educación de calidad no solo es un derecho de los niños, sino que es además un deber de sus padres enviarlos al colegio y del Estado brindar esa educación.
En el Perú, solo 77% de los adolescentes entre los 12 y 17 años asiste al colegio. En las zonas rurales, solo el 67%. En Huánuco y Cajamarca, el 62%, mientras que en Loreto solo el 58%. Más aún, el 37% de los que asisten está atrasado, en grados inferiores a los que les corresponde. Según varios estudios, las adolescentes en pobreza tienden a faltar entre tres y cinco días al mes cuando están menstruando, por falta de acceso a toallas higiénicas y baños en sus colegios. Lo que se traduce en un promedio de 40 días al año perdidos por falta de infraestructura básica.
El embarazo adolescente constituye uno de los mayores problemas. El 13.5% de las adolescentes peruanas ya son madres o están embarazadas. Este es un problema grave, porque una adolescente embarazada tendrá más probabilidades de hacer abandono escolar, limitando su acceso a la educación y con ello sus posibilidades de escapar de las trampas de pobreza. Es además un problema de salud pública: una adolescente no está físicamente preparada para enfrentar el embarazo y parto. Es por ello que los embarazos de adolescentes son riesgosos y con un índice mayor de abortos y complicaciones durante el parto. Por ello, para reducir la mortalidad materna se recomienda retrasar el primer embarazo. Pero además los hijos de madres adolescentes tienen más probabilidades de nacer prematuros y tener bajo peso al nacer. Una madre adolescente es una niña criando un niño. Sabía que de acuerdo con el Código Civil la edad mínima para casare es de 18 años, pero con dispensa de un juez los adolescentes pueden contraer matrimonio a los 16. A esa edad, ninguno de los dos ha terminado la secundaria, pero además a esa edad una adolescente no está preparada para llevar un embarazo. Entonces, ¿por qué es que teniendo toda esta evidencia seguimos aceptando que adolescentes de 16 puedan casarse? ¿No sería mejor darles acceso a educación y servicios de salud sexual y reproductiva, y además a métodos anticonceptivos?
Los estudios han demostrado que el Perú no tiene capital humano para sustentar un mayor crecimiento económico. Necesitamos a los niños y adolescentes en los colegios, recibiendo educación, no en sus casas porque no tienen acceso a toallas higiénicas ni baños ni tampoco en los hospitales dando a luz.
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