La justicia, que se supone es ciega, no conoce de membrecías en partidos políticos, colectivos civiles ni asociaciones. Lo contrario no es justicia. Hace unos días la acusación contra el General Chacón por presunto uso indebido de recursos del Estado fue declarada prescrita por el Poder Judicial. Inmediatamente la izquierda caviar declaró que la prescripción no le hace bien a la lucha contra la corrupción. Habría que recordarles que la prescripción es un mecanismo de contención para evitar el abuso del poder. Así, la Convención Americana de DDHH de la OEA establece que toda persona tiene derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad. Si el acusado es culpable, se presentaran las pruebas que lo acrediten y este será sentenciado. Pero, ¿y si es inocente? Si no hay pruebas, ¿Lo perseguiremos el resto de su vida?
La izquierda caviar que llego al poder de la mano del Presidente Paniagua en Noviembre del 2000 ha controlado el Ministerio de Justicia, la procuraduría, y hasta el Poder Judicial desde entonces. ¿Por qué es que no han sido capaces de lograr probar sus acusaciones? Han tenido cerca de doce años para hacerlo. De acuerdo a la Constitución uno es inocente hasta que se pruebe judicialmente lo contrario. Sin embargo en el Perú, es la caviarada quien decide quién es culpable y quién no. Para ello no se necesitan pruebas, ni sentencia que lo declare, solo basta con acreditar a qué partido político pertenece el acusado. Así, usan los medios de comunicación y las redes sociales, manchan honras y nombres, aunque el poder judicial que controlan no les dé la razón. La Justicia que ellos dicen defender es aquella donde quien ellos deciden es culpable, con pruebas o sin ellas.
Esta izquierda caviar se rasga las vestiduras con los nuevos peritajes que establecen que el terrorista Eduardo Nicolás Cruz Sánchez “Tito” no fue ejecutado y que murió producto de un disparo a larga distancia. Incapaces de reconocer que se equivocaron -o mintieron- ahora argumentan que estos peritajes solo favorecen a Montesinos. Pero, si no hubo ejecución extrajudicial, ¿no importa? ¿No importa la persecución que por años sufrieron los Comandos?
La Izquierda caviar no puede reconocer que Chavín de Huantar fue la operación de rescate de rehenes más exitosa del mundo porque eso significaría concederle algo al gobierno de Fujimori. Y eso ¡Jamas! Porque además significaría que el tinglado montado contra el gobierno de Fujimori como sistemáticamente corrupto, violador de DDHH y genocida, comenzaría a caerse. Es que a la izquierda caviar no le importa la verdad. Ellos no tienen ningún interés de que se haga justicia. Lo que ellos tienen es una agenda política.
Un delito es un delito sin importar quien lo cometa. Un delito debe ser perseguido y sancionado. Pero, ¿y si no hay delito? ¿Basta con formar parte de un partido político o haber sido funcionario público de un régimen determinado para ser considerado culpable? Eso se llama persecución política.
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