sábado, 25 de agosto de 2012

Los dioses del Olimpo

El poder obnubila, hace perder la perspectiva, lo llena al que lo ostenta de una sensación de estar por encima del bien y del mal, de ser intocable. Quien llega al poder sufre de la euforia que origina ser uno de los hombres o mujeres más poderosos del país. Hay quienes se sienten tocados por Dios. Olvidan que el poder es efímero y que en 4 años si se respeta la democracia, no lo tendrán más.

Desde que llegó a Palacio, Nadine Heredia se ha inmiscuido en asuntos de políticas públicas sin tener derecho. Ejerce una influencia sin que la ley permita exigirle rendir cuentas por los impactos que esa influencia podría generar. ¿Por qué viaja a Brasil?, ¿Por qué hay una comitiva de 26 personas, entre ellos una ministra de Estado y varios viceministros que la acompañan o a la que ella acompaña? ¿Lo hace como primera dama o lo hace en representación del Estado, para discutir asuntos del ejecutivo? Heredia será la Secretaria de Relaciones Internacionales del Partido Nacionalista, pero ella no forma parte del ejecutivo. La falta de perspectiva producida por el poder, lleva a la pareja presidencial y sus cortesanos a no entender que el rol que ejerce Heredia no es el que le corresponde.

¿Qué pensarán “sus” ministros cuando salen airosos a defenderla? Aquí las formas democráticas poco importan. Así tenemos un Canciller que habla de que los cuestionamientos a la primera dama son “cosas menudas”, un Ministro de Defensa que airado sale a enfrentarse y amenazar a la oposición desde su pedestal de demócrata. Quien además, como si su sector estuviese bajo control, se da el lujo de publicar publi-cherrys en columnas de opinión. Una Ministra de Inclusión que no asume la responsabilidad que le corresponde y un Ministro del Interior que niega la presencia de Sendero en el Huallaga. La caviarada entronada en el ejecutivo esta alzada. Mientras, desde el legislativo sus cortesanos y aquellos que negociaron bajo la mesa, pese ha haber sido elegidos como oposición, los protegen. Cuidado, no por nada Lord Acton sostuvo que el poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente. La oposición en una democracia debe ser real y su rol garantiza que los pesos y contrapesos que sostienen la democracia sean ejercidos.

Durante la campaña, el odio antifujimorista llevo a muchos actores políticos que se venden como demócratas intachables, a defensores de DDHH y hasta a un Marques a pasar por alto las denuncias contra el “capitán Carlos” de Madre Mía y las asesorías de Nadine Heredia ¿están seguros que su moral es tan alta y que son tan íntegros y honorables? ¿O responden a intereses propios? El Presidente Bustamante desde el exilio luego del golpe de Odria, en carta dirigida a mi abuelo, Julio Cesar Villegas, quien fuese su ministro de Gobierno y Policía, sostuvo: “la historia hará justicia.” Quien hoy ostenta el poder, mañana será juzgado.

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