La inequidad, las diferencias entre ricos y pobres, la discriminación y la exclusión son causantes de inestabilidad. Latinoamérica, considerada la región con mayor iniquidad del mundo, lo sabe bien. Sin embargo, el crecimiento económico experimentado en los últimos años ha generado una nueva clase media. Cuando los ciudadanos dejan de ser pobres, adquieren educación y bienes, tienden a ser mejores electores y defensores de la estabilidad de su país. Porque a diferencia de cuando no tenían nada, ahora tienen que perder.
La clase media puede medirse en términos económicos, dependiendo del ingreso monetario o en términos sociológicos, donde se mide el nivel de educación, los bienes, las actividades económicas y ocupacionales de las personas.
En "The Politics of Latin America's New Middle Class", Fukuyama analiza el crecimiento de la clase media latinoamericana. Señala que entre 30% y 50% de esta nueva clase media, es lo que en otros países se considera clase trabajadora por las actividades a las que se dedican: manufactura, transporte y construcción. Más aun, en todos los países latinoamericanos los profesionales no llegan ni al 20%. No por nada ninguna universidad latinoamericana está entre las cien mejores del mundo. Un gran porcentaje de la clase media se desarrolla en el sector informal y se ha beneficiado dentro del arrastre del crecimiento económico del país. Este, está fuertemente relacionado con las exportaciones de commodities a Asia y no en base a industrialización. Por ello la clase media es susceptible de volver a caer en pobreza.
Para Fukuyama es un error creer que la clase media adquiere automáticamente valores como disciplina, trabajo y ahorro. La adquisición de valores no es endógena al crecimiento económico, sino exógena, por ello la importancia de la educación. Y en educación Latinoamérica esta coja.
Un ejemplo de lo anterior, es EE.UU. post2000 donde la cultura consumista, los realities y la frivolidad están erróneamente asociados con el éxito. Así los modelos de éxito son las hermanas Kardashian. Ninguna ha ido a la universidad ni tiene talento alguno. Se hicieron famosas porque una protagonizó un video porno.
En el Perú lo vemos, por ejemplo, en el Congreso con su comeoro, robacable, el condenado por proxenetismo, el dueño del motel donde se ejerce la prostitución infantil y el cuida madre. Esta es una muestra de falta de valores y principios. No importa el esfuerzo personal, importa llegar. No importa si me lo gano trabajando o si lo robo, importa que lo tengo. No importa si me ocupo económica y moralmente de mis hijos, importa que soy patero y cocino bien.
Tampoco existe relación causal inmediata entre el crecimiento económico y el fortalecimiento de la democracia. Más aun, el problema de una clase media sin educación y hábitos de consumo desmedidos son las expectativas que tienen. No hay nada más peligroso que una clase media que no logra cubrir sus expectativas. Huntington recordaba que las revoluciones casi nunca son orquestadas por las poblaciones pobres, sino por clases medias insatisfechas.
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