De acuerdo con una reciente investigación de IDL Reporteros, nadie en los niveles más altos del Ejército ignoraba la influencia y llegada de López Meneses, quien habría sido un habitué en los pasillos del Pentagonito.
¿Es que acaso los generales con los que López Meneses se relacionaba no sabían quién era el exoperador de Montesinos y exhabitante de San Jorge? ¿Será que no consideraron que mantener una relación con él podría ser un riesgo para ellos?
Veamos. López Meneses, asombrado por el hecho de que el comandante general Da Silva no contaba con un sauna para su solaz esparcimiento, y con la criollada que caracteriza al peruano, le habría dicho: "No se preocupe, mi general, yo se la consigo". Y aparentemente lo habría conseguido a través del presidente del gobierno regional del Callao. Pregunto: ¿a santo de qué un gobierno regional financia la construcción de un spa en el Pentagonito? ¿Es que habría acaso un convenio? Según Gorriti, el despacho del ministro Cateriano no habría podido responder.
¿Será que los generales no evaluaron nunca la posibilidad de lo que podría suceder si es que el Presidente de la República, la bancada oficialista, la oposición y la prensa llegaban a enterarse? ¿Qué es lo que López Meneses les daba a cambio para que ellos se corrieran el riesgo? ¿Solo un spa en el Pentagonito? ¿O será que creían que no había riesgo ya que hasta el jefe supremo de las FF.AA. los protegería? ¿Por qué si no habría salido raudo y sin investigación previa a responsabilizar del escándalo a una supuesta corrupción policial?
No se deje engañar, López Meneses, hay que reconocérselo: conoce muy bien su "bisnes". Sus vínculos y relaciones se extienden más allá de los cuarteles.
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