martes, 1 de septiembre de 2015

Chapa tu choro

“Cincuenta y seis personas que se meten a una casa, roban, agreden, son capturadas y luego son liberadas ¿cómo explicar eso? Señores fiscales, jueces, la policía si ‘chapa a los choros’” Fueron las declaraciones de un indignado José Luis Pérez Guadalupe, Ministro del Interior en respuesta a la resolución de la jueza Hayde Vergara Rodríguez.

En Lima, el 82% de los ciudadanos considera como el principal problema la delincuencia e inseguridad ciudadana. De acuerdo con cifras del INEI entre Octubre del 2014 y Marzo del 2015 el 32% de peruanos que viven en zonas urbanas con más de 20,000 habitantes ha sido víctima de algún hecho delictivo, sin embargo solo el 15% lo denunció. La incidencia de victimización en Lima es mucho mayor, en el 2014 el 43.1% de limeños fue víctima de algún delito.

Una de las condiciones para que un país cruce el umbral del desarrollo es que el Estado tenga el control del monopolio de la violencia. Esto es, solo el Estado a través de la ley puede ejercer la violencia (orden, persecución, sanción) sin que ningún otro grupo (narcoterrorista, sicario, pandillero) pueda hacerlo. En el Perú, el principio de autoridad ha sido socavado por la pérdida de legitimidad del Estado. Los ciudadanos no confían en las autoridades y eso se ve reflejado en la alta percepción de inseguridad y en el bajo porcentaje de denuncias de las víctimas.

Esta falta de confianza en el Estado ha llevado a un grupo de ciudadanos a promover el linchamiento de los delincuentes, tal como vienen haciendo rondas y comités de autodefensa. Cuando el ciudadano se ve obligado a “resolver” sus problemas por incapacidad del Estado, todos los ciudadanos pierden porque corremos el riesgo de que se imponga una anarquía.

Cabe resaltar que la incapacidad del poder Judicial no se ve reflejada exclusivamente en la liberación de delincuentes comunes. La impunidad con la que operan los delincuentes de cuello y corbata, esos que se pasean por los distintos poderes del Estado, amparados en Habeas Corpus, es otro ejemplo.

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