sábado, 3 de marzo de 2012

¡A la captura del fujimorismo!

Las últimas semanas el fujimorismo ha sido materia de varias columnas de opinión. Levitsky (en “La Derecha y la Democracia en La Republica 5 de Febrero 2012 y “Construcción de Partidos y paradoja del fujimorismo” en La Republica 19 de Febrero 2012) sostiene que hoy es un movimiento dedicado a la defensa de Fujimori, aunque confiesa que le ve futuro si se renueva y se compromete con las instituciones democráticas. Le reconoce mística y militancia. Melendez (en “¿Un fujimorismo democrático?” El Comercio. 21 de Febrero 2012) considera que el fujimorismo fue desde un inicio anti-político, anti-partidario, anti-liberal y que sus líderes carecen de voluntad de democratizarlo. Para Dargent (en “Fujimorismo” Diario 16. 16 de febrero 2012), tiene un estilo poco democrático y posee una terquedad autoritaria. Concluyen que carece de credenciales democráticas y que para convertirse en un verdadero partido deberá moderarse y aliarse con partidos o actores de derecha con valores democráticos. Parecen haber decidido trazarle una hoja de ruta, que en aras de la democracia deberá seguir, como hizo Ollanta, para llegar al poder.

¡¿Aliarse con la derecha?! El PPC es incapaz de tomar una posición que lo enfrente al establishment. Son tibios y el fujimorismo es lo opuesto. AP no existe porque fue incapaz de tener una línea ideológica. Nunca abrazo abiertamente a la economía de mercado ni tuvo una posición firme en materia de seguridad ni dejo en claro si apostaba por un estado regulador o uno interventor. Es el epítome de lo social-confuso. El Apra comenzó siendo de centro izquierda pero hoy con Alan es de derecha. Sin Alan, no existe. Ni el PPC ni AP han tenido jamás una base popular.

Melendez y Dargent olvidan un punto importante. Once años después de la caída del gobierno, la huida de Fujimori al Japón y la persecución política y mediática, el fujimorismo tiene un 20% de voto militante. Quien analice la situación con objetividad reconocerá que este se da a pesar de que los últimos once años los medios fueron dominados ideológicamente por el antifujimorismo políticamente correcto. Pero, el Perú ha comenzado a cansarse. El fujimorismo, aunque aun el apestado, comienza a ser re-evaluado y eso asusta al establishment. Ver que, pese a tener a los medios en contra, mantiene la lealtad de un quinto del país –algo que ningún partido, salvo el Apra ha logrado sostenidamente- los atemoriza. Por eso pretenden neutralizar a Keiko empujándola hacia un “centro democrático” para convertirla en una “Lourdes Flores” o un “PPK”. Creer que el fujimorismo representa a la derecha es un error tan grande como confundir el nacionalismo de OH con el izquierdismo.

Lo que no han logrado identificar nuestros politólogos, es que el problema no son los partidos sino las instituciones que los rigen como la reelección mediata indefinida que genera el incentivo perverso de mantener caudillos eternos con la ambición de volver al poder cada 5 años, como Alan y Toledo. (Ver “El sueño del Partido Propio” publicada el 12-11-11)

Otros, quisieron responder “¿En qué momento se jodió la derecha Peruana?” Carente de argumentos sólidos recurre al insulto y a la tergiversación de la historia. Para Alvarito todo aquel que critica lo que él defiende debe necesariamente ser ignorante. Pretende olvidar que varios de los integrantes del Movimiento Libertad, al que llama un chispazo de liberalismo, se convirtieron al fujimorismo. Otros se perdieron en el mercantilismo que caracterizó siempre a la derecha. Omite que el mayor chispazo no fue Libertad sino el ILD y De Soto que plantearon una agenda de capitalismo popular. Alvarito heredará el Marquesado de su padre, sin duda ya heredó su soberbia y mezquindad. Quizá la mejor respuesta a su pregunta es que la derecha se jodió cuando Zavalita la lideró.

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