El presidente del Congreso se libró de la censura por su programa de gestores. Así pasará a engrosar la lista de casos que alimentan la leyenda urbana de que otorongo no come otorongo.
Los Congresistas Velásquez Quesquén y Bruce retiraron la moción de censura luego de que el Consejo Directivo decidiera dejar sin efecto el programa de gestores. Según ellos el propósito de la censura era encausar la conducta de la mesa directiva. Como había habido una “saludable rectificación” ya no era necesaria la censura.
La desactivación del programa, señores congresistas, no es suficiente para que se deje sin efecto la censura. Más aun cuando la población está pidiendo explicaciones. Esa costumbre tan peruana de cubrirse los unos a los otros, termina siempre sumiendo a los electores (a quienes por si no se han enterado, los congresistas se deben) en una nebulosa. Contrario a lo que Abugattas parecería creer, ni el Congreso ni el Ejecutivo son la chacra del partido de gobierno. Este tipo de actitudes desacredita a los partidos políticos y al Congreso. ¿No debería Abugattas explicar quién va a reembolsar los gastos ocasionados por este programa?, ¿No es acaso delito utilizar fondos públicos para hacer proselitismo político?
Varios congresistas consideran que esto es un error debido a la falta de experiencia de Abugattas y a sus buenas intenciones. Por eso, el Perú debe perdonarlo, pasar la página y rezar para que prontamente gane la experiencia necesaria. No es la primera vez que el partido de gobierno recurre a la excusa de la falta de experiencia para justificarse.
Yehude Simon sostiene que el pedido de censura era un “problemón para la democracia.” Olvida Simón que la censura es una herramienta del Congreso para que los pesos y contrapesos diseñados en la Constitución funcionen. Además sostiene, que detrás de las distintas denuncias, mociones de censura e investigaciones a congresistas habría la intención de desacreditar al Congreso con la finalidad de que este sea cerrado. Esta acusación no es poca cosa. Simón debería aclarar quien estaría detrás de un intento de cierre del Congreso.
En una democracia los políticos están obligados a actuar con transparencia y a rendirle cuentas a sus electores de sus actos, de sus votos, de sus abstenciones y de sus alianzas. Lamentablemente en el Perú no hay la conciencia cívica de exigirle a las autoridades rendir cuentas. Pareciera que los ciudadanos, sumergidos en la ola de crecimiento económico y el triunfo de la gastronomía peruana en el mundo, han olvidado que los políticos elegidos por el pueblo rigen los destinos del país.
Abugattás al ya tradicional estilo de Gana Perú, ha decidido autoexiliarse por un mes en Cuba. Aparentemente tiene un problema en la rodilla y necesitaría una cirugía que por alguna razón no puede ser realizada en Lima. Es que como ya lo había dicho, el Perú tiene mucho que aprender de Cuba.
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