Jhinna es una víctima de trata de personas (TP) que ha tenido la valentía de salir públicamente a denunciarlo. Ella fue atraída a una peluquería con una oferta de trabajo. Fue trasladada a Piura, violada, golpeada, drogada y obligada a prostituirse durante más de dos años, hasta que logro escapar. Jhinna le contaba a los “clientes”, pero a ellos no les importaba. Ella era una esclava sexual y no es la única. Según la Policía Nacional en los últimos 8 años se han encontrado cerca de 1960 víctimas. Se calcula que son muchísimas más. La gran mayoría de victimas que logra escapar, nunca lo denuncia.
Las víctimas del TP son jóvenes de bajos recursos, engañadas con ofertas de trabajo, trasladadas a una ciudad que no conocen, violadas, golpeadas y obligadas a prostituirse. Una víctima de TP no es una prostituta, ella no tiene la posibilidad de elegir, es obligada a prostituirse a golpes.
El Departamento de Estado Americano emite un reporte anual sobre TP. El Perú está catalogado en el nivel 2, de 3. El reporte 2011 señala que el Perú no cumple con los estándares mínimos para su eliminación ni ofrece servicios adecuados para las víctimas. Más aun el Plan Nacional para combatir la TP no ha sido formalizado. No existen albergues especializados ni servicios psicológicos para las mujeres ni para los niños víctimas de la TP.
Según un informe del Ministerio Publico entre 2009-2010 se reportaron 330 víctimas, 54.5% tenían entre 13 y 17 años, 2.7% entre 7 y 12 y hubo dos casos de niñitas menores de 6. El 96.7% son mujeres.
El Presidente Humala se comprometió a acabar con la TP. Para ello no basta dar discursos. Se requiere primero voluntad política y recursos. No basta que existan leyes que la sancionen si estas no son aplicadas eficazmente. Se necesita prevención, las mujeres son víctimas de las mafias de la TP porque pertenecen a estratos sociales bajos, sin acceso a educación ni oportunidades. Llegan buscando trabajo y desaparecen sin que nadie las proteja, las busque o reclame por ellas. El gobierno tiene la obligación de protegerlas y llevar ante el Poder Judicial a los responsables. Una oferta más, que parece no llego a la “Hoja de Ruta”
La pobreza y la exclusión facilitan la TP. Mientras que los animales que buscan comprar sexo con niñas o mujeres forzadas en la prostitución generan la demanda para que surjan las mafias, protegidas muchas veces, por policías, fiscales y jueces inescrupulosos.
¿Qué pasó con la denuncia contra Francisco Dongo, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Científica del Perú que fue encontrado en un hotel con una menor de 16 años a quien habría ofrecido S/.150 a cambio de sexo? ¿Y la menor?
La próxima vez que vaya a comprar sexo, tenga la amabilidad de preguntarle cuantos años tiene, asegúrese de que no sea menor de edad. ¡Es un delito! Pregúntele si ella está ahí por su voluntad. Si no es así, usted será cómplice del delito de trata de personas.
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