La falta de transparencia en la política peruana llega al absurdo. En los últimos días, la jefa de campaña por el "No" a la revocatoria nos dijo que no sabe de dónde saldrá el dinero para pagar al próximo asesor Favre. Presionada, sostiene que este aún no ha sido contratado y cuando lo sea verán de dónde sale el dinero. Termina por aceptar que en el sector privado hay quienes están a favor de la causa, y por ello están financiándola. Sin embargo, no da nombres, tartamudea, se escuda, no responde. Solo dice: "Hay distintas modalidades de pago." Y eso, pregunto yo, ¿qué significa?
Dentro de los mecanismos de buen gobierno que caracterizan a los países desarrollados, y que son necesarios para la gobernabilidad, la estabilidad y lograr acabar con la corrupción, se encuentran la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas.
Sabemos bien que intereses empresariales mercantilistas buscan capturar las rentas del Estado para enriquecerse (o seguir haciéndolo, como lo han hecho siempre). Cuando el Estado es capturado por grupos de interés ajenos a los intereses públicos y el bien común, el país y los ciudadanos pierden. Esto es lo que la izquierda llama la privatización del Estado.
Sinesio López nos dice en su última columna que "la desprivatización supone acabar con la captura del Estado por parte de los poderes fácticos para ponerlo al servicio del interés general y del bien común. La desprivatización permite organizar un Estado fuertemente autónomo (con respecto al sistema económico y a los poderes fácticos) en el que los desiguales sean considerados efectivamente iguales." Coincido. Más aún, la diferencia entre un país desarrollado y uno en desarrollo es que en el primero todos los ciudadanos tienen igual acceso a las instituciones políticas y económicas. Mientras que en el segundo son los grupos de interés los que capturan dichas instituciones para su beneficio y en perjuicio de los demás. Es por ello que la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas son esenciales. Aunque la ley no obligue.
La transparencia sobre el financiamiento de los políticos y sus campañas es necesaria en una democracia. También lo es, saber qué intereses tienen esos financiadores: ¿por qué financian a ese candidato? De esta manera los electores podrán identificar qué intereses defenderán esos políticos y tendrán la capacidad de hacer un mejor análisis y tener un voto informado. Además, es un incentivo para rendir cuentas e identificar si es que esos candidatos elegidos están beneficiando a alguna de las personas o empresas que los financiaron, a costa de otros.
¿Por qué la alcaldesa Villarán es incapaz de decirnos públicamente quién está financiando su campaña? ¿Por qué si los ciudadanos le exigen transparencia e información, ella y su equipo no responden? Una vez más la izquierda, la caviarada y ese sector políticamente correcto demuestran que los principios que dicen defender, como la transparencia y la lucha contra la corrupción, no son tales, sino meras herramientas para atacar a sus enemigos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario