sábado, 29 de junio de 2013

Hagamos de cuenta

¿Puede un no-nacido tener más derechos que una mujer? ¿Es que el derecho a la vida del no-nacido puede estar por encima del derecho a la vida de la madre? Para la Comisión de la Mujer del Congreso: sí. La mujer en el Perú deberá sacrificar su vida, y con ella probablemente la del no-nacido, antes de poder someterse a un aborto.

El aborto terapéutico fue legalizado en el Perú en 1924. Sin embargo, hasta el día de hoy no existe un protocolo que permita a las mujeres peruanas acceder a él.

El aborto NO es un método anticonceptivo ni debe ser usado como método de control de la natalidad. Sin embargo, pretender que en el Perú el aborto no existe porque es ilegal es como pretender que no existe pobreza porque los alcaldes de Miraflores, Surco y San Isidro les prohibieron la entrada a los mendigos a sus distritos, o porque si miramos para el otro lado ese niñito pobre vendiendo caramelos en la esquina desaparecerá arrastrado por la ola de crecimiento económico. El aborto es una realidad, como lo es que 1 de cada 5 niños esté desnutrido, que 1 de cada 3 peruanos viva en pobreza, que el 45% de los embarazos sea no deseado y que el 69% de las mujeres peruanas entre los 15-49 haya sufrido violencia física o sexual.

Se calcula que en el Perú ocurren más de 400,000 abortos al año en condiciones insalubres que ponen en riesgo la vida de la mujer. El aborto es la tercera causa de mortalidad materna en el Perú y por ello un problema de salud pública. Pero si quiere, seguimos haciendo de cuenta que en el Perú nadie aborta porque está prohibido. Olvidemos que, como todo en el Perú, el que tiene dinero todo lo puede. Las mujeres de los sectores A y B no tienen riesgo alguno, ellas abortan cómodamente en los consultorios de sus médicos. Mientras que las de D y E recurren a comadronas, curanderos o lo "resuelven" comprando unas pastillas para la úlcera en la farmacia.

Las mujeres peruanas aún somos consideradas incapaces legales, seres inferiores que necesitan de la protección de los hombres y del Estado. Seres etéreos que pasan de ser protegidas por sus padres a serlo por sus maridos. Incapaces de tomar decisiones por cuenta propia, incapaces de poner nuestra vida por encima de la de un no-nacido. Porque para todos los efectos, las mujeres somos prescindibles, ciudadanos de segunda en una sociedad machista donde nuestras ideas no se discuten, basta con que nos llamen putas para descalificarnos.

Una sociedad donde el TC limitó el acceso de las mujeres pobres a la píldora del día siguiente, porque las mujeres 'sufrimos' de incapacidad para tomar decisiones y es el Estado el llamado a tomarlas por nosotras. Ahora, quien tenga dinero puede comprarla en cualquier farmacia. ¿Es que acaso esto no es una muestra de inequidad?

¿Si fuesen los hombres quienes llevaran el embarazo, usted cree que seguiríamos discutiendo la legalidad del aborto o ya hace rato sería un derecho adquirido?

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