sábado, 19 de octubre de 2013

Welcome to Peru...

...uno de los países más desiguales del mundo, donde 1.6 millones de niños son pobres multidimensionales. De ellos, 768,205 menores de 5 años no tienen acceso a centros de educación inicial ni guardería, limitando su desarrollo temprano. 571,409 de entre 6 a 17 años de la Sierra y Selva no van al colegio. En el 2012, 458,136 niños dejaron de asistir al colegio, en el 33% de los casos por razones económicas. 166,928 adolescentes mujeres de entre 12 a 17 años han abandonado el colegio, limitando considerablemente sus posibilidades de escapar de la pobreza. Esta es la verdadera pobreza. ¿O cree que porque un canillita saque más de $2 al día ha dejado de ser pobre?

El gobierno del presidente Humala y su bandera de la inclusión social, con Carolina Trivelli a la cabeza de los programas sociales, poco hizo para llegar a los pobres multidimensionales. El primer error es que el Estado sigue usando mapas de pobreza monetaria. ¿Sabe por qué? Porque esas cifras son más bonitas, más convenientes, le exigen menos esfuerzo al Estado y dejan mejor parado al Perú y sus gobernantes. Pero poco dicen de la realidad en la que vive uno de cada tres peruanos. Las cifras oficiales dicen que hay 7.8 millones de pobres (25.8%) que viven con menos de $2 al día, pero si usamos el índice de pobreza multidimensional hay 11.1 millones de pobres (36.6%). Ahora, hágame un favor y póngale caras a esas cifras.

Tomemos Qali Warma, programa diseñado por Trivelli, la estrellita de la inclusión social. Casi un millón de niños peruanos viven en hogares con déficit calórico, esto es que no se alimentan bien. En Huancavelica, el 51.3% de los niños sufre de desnutrición crónica. Un gobierno eficiente debería concentrar el gasto en lugares como Huancavelica, para atacar directamente el problema de la desnutrición beneficiando a quienes más lo necesitan. Sin embargo, el estudio de Enrique Vásquez encontró que las regiones con mayor número de niños de 6 a 11 años, en cuyos hogares había déficit calórico, no recibían un mayor gasto por escolar y sin embargo en Tumbes donde hay menos pobreza el gasto social es mayor. Mala focalización, el dinero no llega a los más necesitados. Pero no solo eso, ¿sabía usted que 31% de los recursos fueron adjudicados a proveedores que no tenían experiencia en el sector alimentos? Entonces, ¿por qué nos sorprendemos de la cantidad de niños intoxicados?

¿Cómo Trivelli puede sostener que el problema no es de Qali Warma cuando estamos viendo las fallas en el diseño, implementación y focalización? ¿Dónde está la responsabilidad del Estado y sus funcionarios? Si como ciudadanos no les exigimos a las autoridades rendir cuentas, ¿cómo pretendemos tener un Estado eficiente? ¿No le importan los pobres? Hágalo, porque Trivelli y sus programas sociales son financiados con el dinero de todos que sale de nuestros bolsillos y que, en lugar de intoxicar niños, debería ser usado para alimentarlos y ayudarlos a desarrollar sus capacidades, lo que en el futuro les permitirá escapar de las trampas de la pobreza. Ese es el objetivo de un programa social bien diseñado.

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